Bolivia formará parte de la Red Latinoamericana de Monitoreo de Permafrost (Suelos congelados) a iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y del Programa Hidrológico Intergubernamental (PHI), a través del Grupo de Trabajo sobre Nieves y Hielos (GTNH) y el Sub Grupo de Trabajo de Glaciares de Roca.
El docente investigador del Instituto de Hidráulica e Hidrología (IHH) de la carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Edson Ramírez Rodríguez, lidera el equipo de investigación de la Red, quien junto a otros investigadores latinoamericanos trabajan enla vigilancia de los suelos congelados de Latinoamérica con múltiples objetivos, como la obtención de recursos hídricos, minerales y otros.
El estudio de suelos congelados es trascendental en la coyuntura climática del planeta, debido a la pérdida de hielo terrestre. Este deshielo, que no solamente ralentiza las corrientes oceánicas o altera los sistemas climatológicos mundiales; sino también, desplaza a poblaciones enteras, perturba los frágiles hábitats de los animales y amenaza con liberar microorganismos dañinos y posibles emisiones del carbono que se encontraban en su interior congelados desde hace miles de años acelerando los efectos del cambio climático.
Los suelos congelados o “permafrost”, en inglés, por “permanent”, que significa permanente en español y “frost”, que quiere decir, hielo o congelado, es una capa del subsuelo de la corteza terrestre que se encuentra congelada de manera permanente. Los suelos congelados han permanecido es esa condición miles de años. Esa capa congelada no siempre es visible de manera superficial; sino que puede estar bajo varios metros de tierra. Se encuentra en algunas de las regiones más frías del mundo, como la Antártida, la Cordillera de los Andes, los Alpes del Sur o las islas Georgias del Sur, Nevados entre otros.
Existe un gran interés por parte de los gobiernos a nivel mundial por estudiar los suelos congelados debido a los recursos que se pueden obtener de ellos; pero sin descuidar los efectos dañinos que pueden ocasionar. Las principales consecuencias del deshielo son la liberación de gases de efecto invernadero, la liberación de bacterias, la destrucción de ecosistemas y su biodiversidad, derrumbamientos y accidentes geológicos que terminaran por desplazar poblaciones de sus zonas de origen.
Los investigadores de la red, presumen que Bolivia es una fuente importante de suelos congelados, sobre todo en los nevados como el Huayna Potosi, el Illampu, el Chacaltaya, el Sajama y el Illimani.
La Red Latinoamericana de Monitoreo de Permafrost (Suelos congelados) inició su trabajo de vigilancia en Bolivia el 12 de diciembre de 2022, por medio de mediciones en colaboración con el experto japonés en permafrost, docente e investigador de la Universidad de Alaska – EEUU / UNESCO, Kenji Yoshikawa.
Los trabajos de perforación se realizaron en los nevados de Chacaltaya a 5421 msnm y el Huayna Potosí a 6090 msnm ambo ubicadas en la Cordillera de los Andes, al oeste de Bolivia sobre la Cordillera Real en los Andes.
Los estudios tienen el propósito de contrastar las características de los suelos, para entender el efecto que tienen los “permafrost». En criterio de los investigadores Ramírez y Yoshikawa, el descongelamiento de los nevados es notorio con especial intensidad en las últimas cuatro décadas debido al cambio climático de origen antropogénico. Frente a las consecuencias de la actual crisis climática, los expertos indican la necesidad urgente de una cultura de prevención, preservación, mitigación y adaptación con todos los actores involucrados.