La alta demanda de alimentos ha provocado que los agricultores pertenecientes a países en vías de desarrollo busquen alternativas rápidas y económicas para poder proteger a sus cultivos de las plagas y así crear ganancias y poder competir con otros productores en los mercados a nivel nacional e internacional. Es por ello que el uso de plaguicidas ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas, incrementándose al mismo tiempo el riesgo de los agricultores a presentar efectos adversos a la salud especialmente cuando las regulaciones sobre el uso de plaguicidas y equipos de protección personal (EPP) no están completamente normados ni controlados. Este es un estudio de corte transversal que se realizó en tres poblaciones dedicadas casi exclusivamente a la agricultura pertenecientes a dos diferentes zonas climáticas de Bolivia. Se utilizó una encuesta con preguntas acerca del estilo de vida, hábitos, manipulación y uso de plaguicidas, además del empleo de EPP. Para la evaluación de la exposición a plaguicidas, se tomaron y analizaron muestras de orina de los participantes, donde se detectaron y cuantificaron 10 metabolitos urinarios (UPM) mediante un análisis cuantitativo utilizando un espectrómetro de masas con trampa de iones lineal triple cuadripolo de cromatografía liquida. Utilizando recomendaciones internacionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se creó un “índice de protección y manipulación” (PHI) de plaguicidas, de esa forma pudimos analizar si el tipo de EPP utilizado y cómo se manipularon los plaguicidas estaban asociados con el riesgo de exposición a plaguicidas, para ello se consideró que las personas con una concentración de UPM superior al percentil 75 estaban altamente expuestas. Los resultados mostraron que metamidofos (65%) y paraquat (52%) eran los plaguicidas más utilizados y que el 75% de los agricultores combinaron varios plaguicidas para fumigar. En particular, solo el 17% de los agricultores utilizó los EPP recomendados, mientras que el 84% informó haber experimentado síntomas de intoxicación aguda por plaguicidas después de haber fumigado. Las mediciones de UPM indicaron altos niveles de exposición a clorpirifos, piretroides y 2,4D y que los hombres en general estaban más expuestos que las mujeres. En conclusión, nuestro estudio demuestra que los agricultores que siguen correctamente las recomendaciones para el manejo de plaguicidas y el uso de EPP tenían un riesgo significativamente menor de tener niveles altos de metabolitos de plaguicidas de la mayoría de los plaguicidas medidos. Por lo tanto, nuestros resultados confirman la necesidad de educación y capacitación a agricultores de países de ingresos económicos medios a bajos en el manejo adecuado de plaguicidas y en el uso de EPP para reducir los niveles de exposición a plaguicidas y de esa forma mejorar su estado de salud y el de sus familias.